domingo, 9 de octubre de 2011

Capítulo 4 - Sueños


Se creó un silencio incómodo entre nosotros. Efectivamente, fui muy brusca. Noté a Honey confusa, pero había una chispa de felicidad en sus pupilas. Siempre había querido ir a América, la cuna del movimiento hippie, y yo lo sabía. En cambio, el rostro de Gaël seguía siendo un interrogante. Honey intervino.

 -¿QUÉ DICES? ¿BROMEAS? –gritó esbozando una amplísima sonrisa. Yo asentí tímidamente.

 De pronto, comenzó a bailar, entonando la canción de Bruce Springsteen: Born in the USA con voz chillona. Me tapé los oídos sonriendo. La comprendía. Era la primera vez que salía de Reino Unido, de Liverpool. Llevaba casi once años allí encerrada, y eso, para una hippie liberal como ella, era la muerte.

 En cuanto a mí, no sabía que pensar. Los años que estuve interna en Strawberry Field fueron los mejores de mi vida. Siempre estábamos haciendo trastadas y volviendo loca a Angie. Nos pasábamos la vida en el despacho de Pete o en el de Diane, castigadas por culpa de terceras personas –¡malditos chivatos!-; lo bueno era que eran tan blandos que siempre nos daban la condicional.

 Tenía que aceptar que echaría de menos todo lo que concernía aquel lugar. Incluso la comida de la cafetería. Puaj.

         *          *

 Me senté en la cama. Me acababa de levantar. Era muy temprano, pero no podía dormir; estaba demasiado nerviosa. Tenía delante de mí un sin fin de fotografías tomadas entre aquellas cuatro paredes. Con Angie, con Honey, con Gaël… Cientos de locuras, miles de sonrisas. Pensé que no volvería a ser lo mismo, aunque estuviera con Honey. Me faltaría algo. Fue mi infancia, mi adolescencia… Había compartido mis experiencias con todas y cada una de las personas que habitan este edificio. No iba a ser fácil despedirme de eso con un simple portazo.

 De pronto, una fotografía resbaló de mi mano –tenía como treinta fotos en mi regazo-, se deslizó sobre la cama y flotó como una pluma hasta entrar en contacto con el suelo con un ligero golpe; cayó sobre un lateral y se desplazó unos centímetros sin tocar el suelo. Estaba bocabajo.
 Yo, molesta, la recogí. En ese mismo instante me arrepentí de haberlo hecho. Era él. Con una media sonrisa y una caída de ojos, su ropa de marine… Una sensación de rabia y resentimiento inundó mi ser. Pensé en mi madre, en todo su sufrimiento. No pude reprimir que una lágrima de odio recorriese mi mejilla. Olvidé mis miedos por salir de Strawberry Field y afronté la realidad con entereza: iría a Seattle, haría lo posible por hacerle pagar por todo lo que nos hizo y volvería a Liverpool con, probablemente, más pasta –le sacaría toda la que pudiese-, e, innegablemente, más dignidad. No sé cómo alguna vez confié en ese rostro arrogante.

 Solté la fotografía con furia hacia una esquina. Estaba muy enfadada, así que ni me volví para ver dónde había caído. Había una pequeña maleta rígida de cuero abierta y vacía a los pies de la cama. He de decir que nunca tuve puntería. Bueno, pues, por una vez en toda mi vida, la tuve. Por supuesto, no me di cuenta.

 Seguí ensimismada ordenando las fotos cuando se abrió la puerta bruscamente. Tanto, que golpeó la pared e hizo una pequeña muesca.

 Solté un gritito.

 -¡Lo siento! –se disculpó Honey con una montaña de ropa entre las manos. No le veía ni la cara. Evidentemente, había estado haciendo la colada.

 Solté las fotos y corrí a ayudarla.

 -¡Ya tenemos toda la ropa limpia! –Yo estaba alucinando. En la vida había hecho una colada, ¡y menos a las ocho de la mañana! Además, caminaba nerviosa de un lado para otro doblando camisetas a la velocidad del rayo.
 -Honey, ¿tienes fiebre? –pregunté preocupada. Ella se frenó en seco y me asesinó con la mirada. Sólo pude poner cara de idiota.
 -Sadie, sólo tenemos un día para organizar el viaje y tú estás ahí tirada. ¡Yo sólo intento ayudar!

 Puse los ojos en blanco.

 -Vale pues… no te preocupes –le dije arrebatándole toda esa ropa de las manos.
 -¡Eh! –me gritó.
 -Vete a dar una vuelta. Que te dé un poco el aire, que falta te hace –sentencié.

 Honey frunció el ceño y puso los brazos en jarras.

 -¿Y si no lo hago? –preguntó con un tono muy infantil. Desesperante.
 -Te quedas aquí. Para sieeeeeeeeeeeeeempre –Sobreactué. Me puso cara de pena-. ¡Fuera!

 Obedeció como una oveja fuera del redil. Suspiré, exasperada.

 Recogí toda aquella ropa que se había esparcido por la cama y la metí en las maletas. La mía era demasiado pequeña, así que tuve que meter todos mis LPs en dos cajas de cartón. Acto seguido me senté en la cama de nuevo. Estaba cansada. Miré a mi alrededor. Había una estantería repleta de libros que suplicaban que me los llevase conmigo también. Sentí pena. Eran todos mis libros; aquellos que me marcaron, que me hicieron reír y llorar. Que siempre estuvieron ahí. Desvié la mirada. Pensé que podía hacer una pequeña selección y llevarme unos cuantos. Pero eso sería después. Me tumbé en la cama y un profundo sopor se adueñó de mí haciéndome caer en las garras de los sueños.


 -¡Sadie! ¡Sadie deja eso y ven aquí! –gritó Scarlett a través de la ventana de la cocina. La pequeña obedeció bajando del columpio. Corrió entrando en casa y un intenso olor a comida inundó su menuda nariz. Cuando se asomó a la cocina observó a su madre haciendo pavo al horno.
 -¿Vamos a comer pavo, mami? –preguntó Sadie dulcemente. Pero no obtuvo respuesta ninguna.

 La niña, extrañada, insistió, pero su madre no la oía.

 -¡Mamá! –exclamó de nuevo tirándole de la falda. Entonces, Scarlett se volvió mostrando un rostro putrefacto. Nada quedaba de su hermoso semblante y su sincera sonrisa. Sadie gritaba. Su madre la miraba fijamente sin que su boca emitiese el más mínimo sonido. Acto seguido, desapareció haciéndose cenizas.

 -¡Ah! –grité incorporándome. Respiraba entrecortadamente y me dolía un poco la cabeza. Una gota de sudor frío recorrió mi espina dorsal causándome un brusco escalofrío. El pelo se me pegaba a la cara, estaba llorando.

 Me levanté atemorizada. Hacía cinco años que no tenía ese sueño. Cinco largos años en los que había conseguido olvidar aquella cara descompuesta, aquella mirada vacía. Sentí náuseas y corrí al lavabo.

 Vomité el agua que bebí a medianoche y me lavé la cara. Necesitaba despejarme. Necesitaba olvidar.

 Volví a entrar a la habitación, me apoyé en la pared y fui resbalando poco a poco hasta llegar al suelo. Cerré los ojos intentando poner la mente en blanco. Pero algo interrumpió mi meditación. Unos pasos en el pasillo, enmudecidos por la moqueta: alguien corría. De pronto, dejé de oírlos y se abrió la puerta. Honey entró como una exhalación sin molestarse en cerrarla y llorando como una magdalena.

 La miré, perpleja, buscando una respuesta.

 -Gaël –respondió. Yo seguía igual de confusa.


15 comentarios:

  1. aiss! sige la historia porfavor! no nos dejes asii!!! m enncnta :)

    ResponderEliminar
  2. Jajajaja tengo que dejar algo de suspense para que sigais leyendo! ^^
    Pero no te preocupes, que el siguiente capítulo está al caer ;)
    Un besito♥

    ResponderEliminar
  3. gracias por seguirme!!
    yo nunca había visto tu blog ni tu historia.
    ayer de noche vi tu blog y no pude de parar de leer los capítulos, por eso espero con ansia el siguiente(que me imagino que sera tan bueno como estes).
    ya te sigo!!! un besazo grande
    y sigue haciendo unas historias tan marabillosas. :)

    ResponderEliminar
  4. De nada, chica ^^

    ¿De verdad te han gustado? ¡Me alegro muchísimo! Muchas gracias :3

    Ya estoy escribiendo el capítulo 5, así que lo subiré prontito :D

    Un besazo, guapísima. ¡Y muchas gracias por todo! ♥

    ResponderEliminar
  5. So lovely! tienes un estilo muy característico! enhorabuena!Gracias por seguirme, Sí!!tenemos gustos parecidos :) Un beso, Bella

    ResponderEliminar
  6. Ais, muchas gracias ^^

    Un besito ♥ :3

    ResponderEliminar
  7. :O :O QUE FUERTE QUE FUERTE QUE FUERTE . El sueño ha sido una de las cosas que mas me ha impactado :( pobre sadie (por cierto adoro su nombre me hace sonreir de alguna manera me suena a helado XD ) ,D y pobre honey :( a saber lo que ha hecho gael T_T necesito una sobredosis de siguiente capitulo porque sino me muero ;D un besazo

    ResponderEliminar
  8. Me encanta tu blog , me he encontrado con él sin más y vaya no me equivoque cuando pensé que me iba a gustar . Te felicito , escribes genial y por eso te sigo . Me verás seguido por aquí .

    Me gustaría saber tu opinión besos !

    http://mimundodesdeabajo.blogspot.com/

    ResponderEliminar
  9. albaescritora: Jajajajaja ¿en serio? ¿A helado? ¡No lo había pensado! XDD Intentaré subir el próximo capítulo lo antes posible, de verdad, es que estoy hasta arriba de exámenes. ¡Pero está casi terminado! ;) ¡Besooooos, guapa! ♥

    Gabii: ¡Me alegro muchísimo! Mil gracias :'D ¡Ahora mismo voy a ver tu blog! Muchos besoos :3 ♥

    ResponderEliminar
  10. Dios! cada capitulo te deja en ascuas! Ahora espero que pronto publiques la continuación porque ahora si que me tomaste por sorpresa y no tengo ni idea de lo paso con Gael =S

    Un beso y espero el cap. 5!

    ResponderEliminar
  11. Lo subiré lo antes posible! Esta semana he estado hasta arriba de exámenes! D:

    Un besazo! ♥

    ResponderEliminar
  12. Hola! aun espero el capitulo, pero dale prioridad a tus examenes. Publique el segundo capitulo de mi relato "compartiendo vida" espero que puedas leerlo. Un beso.

    ResponderEliminar
  13. Espero que durante la semana que viene pueda subirlo ^^ Ahora mismito voy a verlo ♥

    ResponderEliminar
  14. Muy grande sí!enhorabuena tienes una forma distinta de escribir y de dirigir el relato..Contando muchas cosas pero sin desviar la atención de lo que importa..es muy interesante..Y por supuesto la historia me encanta!It's like dream with a little sun inside...lovely!, oxoxo, Bella

    ResponderEliminar